A Zambada se le dijo que iba a otro lugar antes de ser arrestado el jueves en El Paso, Texas, explicó el funcionario, que habló bajo condición de anonimato por no estar autorizado a discutir el asunto.
El histórico narcotraficante y líder clave del cártel mexicano de Sinaloa Ismael “El Mayo” Zambada fue engañado para volar a Estados Unidos, donde fue detenido junto con un hijo del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, tras eludir a las autoridades durante décadas, informó un funcionario estadounidense familiarizado con el asunto.
A Zambada se le dijo que iba a otro lugar antes de ser arrestado el jueves en El Paso, Texas, explicó el funcionario, que habló bajo condición de anonimato por no estar autorizado a discutir el asunto.
No proporcionó más detalles sobre quién o cómo se convenció a Zambada para que subiera al avión o adónde pensaba éste que se dirigía. Tampoco aclaró cómo subió a la aeronave Joaquín Guzmán López, hijo del poderoso capo “El Chapo” que fue sentenciado a cadena perpetua en una prisión estadounidense en 2019.
Al llegar al área de El Paso, “El Mayo” y Guzmán López, fueron puestos inmediatamente bajo custodia por las autoridades estadounidenses.
Zambada, de 76 años compareció el viernes por la mañana ante un tribunal federal de El Paso en silla de ruedas y se declaró inocente de una serie de cargos de narcotráfico, según consta en registros judiciales. Quedó detenido sin posibilidad de fianza y con su próxima audiencia programada para el miércoles.
“El Mayo”, uno de los capos de la droga más conocidos del mundo y por el que Estados Unidos ofrecía 15 millones de dólares de recompensa a cambio de información para su captura, ha sido durante años un objetivo clave del gobierno estadounidense en su intento de acabar con los líderes del poderoso Cártel de Sinaloa, una organización responsable del tráfico de enormes cantidades de droga a través de la frontera.
El gobierno mexicano indicó que todavía esperan más información oficial de Estados Unidos para aclarar si los narcotraficantes se entregaron —como indicó el jueves un funcionario federal— o fueron detenidos.
Frank Pérez, uno de los abogados de Zambada, no respondió de inmediato a una solicitud de comentario de la AP pero, en declaraciones a Los Angeles Times dijo que su cliente “no se entregó voluntariamente”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que México no había participado en las capturas pero consideró “un avance” la detención de Zambada, ya fuera “por un acuerdo o que lo detuvieron porque (las autoridades estadounidenses) contaron con información de que iba a viajar”.
La secretaria mexicana de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, indicó que una avioneta despegó del aeropuerto de Hermosillo, en el fronterizo estado de Sonora, con un piloto estadounidense que entró al país en calidad de visitante, no de autoridad, y que no tenía ninguna alerta migratoria.
El servicio de seguimiento de vuelos Flight Aware mostró que el avión dejó de transmitir su altitud y velocidad durante unos 30 minutos del jueves mientras se encontraba sobre las montañas del norte de México antes de reanudar su rumbo hacia la frontera con Estados Unidos.
“Es un hecho que de aquí salió uno y allá llegaron tres”, afirmó Rosa Icela Rodríguez.
El presidente estadounidense, Joe Biden, felicitó a las fuerzas de seguridad y refrendó su compromiso de lucha contra los cárteles de la droga.
Anne Milgram, jefa de la agencia antidrogas estadounidenses, la DEA, dijo que la detención de Zambada “golpea el corazón del cártel responsable de la mayoría de las drogas, incluidos el fentanilo y la metanfetamina, que matan a estadounidenses de costa a costa”.
El secretario de Justicia, Merrick B. Garland, al anunciar su captura afirmó que ambos líderes del narcotráfico enfrentan múltiples cargos “por dirigir las operaciones criminales del cártel, incluidas sus mortales redes de fabricación y tráfico de fentanilo”.
Según la secretaria mexicana, en México, Zambada tiene cuatro órdenes de aprehensión.
En Estados Unidos, fue acusado en febrero en el Distrito Este de Nueva York de asociación delictiva para fabricar y distribuir fentanilo. Los fiscales lo describieron como el líder del Cártel de Sinaloa, “una de las organizaciones de narcotráfico más violentas y poderosas del mundo”. También está imputado en California.
En los últimos años, los hijos de Guzmán han liderado una facción del cártel. Conocidos como “Los Chapitos”, son considerados unos de los principales exportadores de fentanilo a Estados Unidos y son vistos como más violentos y extravagantes que Zambada. Su jefe de seguridad fue detenido por las autoridades mexicanas en noviembre.
Joaquín Guzmán López es considerado uno de los hermanos de menor perfil.
Otro de los hijos de “El Chapo”, Ovidio Guzmán López, fue detenido y extraditado a Estados Unidos el año pasado. En septiembre, se declaró inocente de los cargos de narcotráfico que se le imputaban en Chicago.
La secretaria de Seguridad mexicana dijo que la embajada estadounidense informó a México el jueves que Ovidio Guzmán López tenía un estatus distinto pero se mantenía bajo custodia de las autoridades. “No está liberado, hay un cambio de medida cautelar”, señaló, lo que puede indicar, según la funcionaria, que esté actuando como testigo colaborador. “Existe el indicio que puede haber sido así”.
Zambada era uno de los capos más viejos y astutos de México, que nunca había tocado una cárcel, sobrevivió a décadas de guerras territoriales y ascendió a la cima del hampa gracias a su astucia para llevar los negocios. Era conocido por dirigir las operaciones de contrabando del cártel, pero manteniendo un perfil bajo, y por sus vínculos y conexiones internacionales.
Está vinculado al narcotráfico desde la década de 1970 y su principal medio de vida era la venta de droga en Estados Unidos, según un informe del Departamento de Justicia.
Sus fuertes vínculos con los proveedores colombianos de cocaína y sus células en todo Estados Unidos convirtieron a “El Mayo” en uno de los narcotraficantes más poderosos del mundo.
Era conocido por concentrarse en la parte comercial del narcotráfico y evitar en lo posible la violencia generalizada porque consideraba que eso llamaba la atención a las autoridades y complicaba las operaciones del cártel, un estilo muy diferente al de capos más jóvenes, conocidos por sus extravagantes estilos de vida y brutales tácticas como decapitar o desmembrar a sus rivales.
Su captura tuvo lugar después de las detenciones de otras figuras destacadas del Cártel de Sinaloa.
Una de ellas fue la de un hijo de “El Mayo”, Ismael Zambada Imperial, quien se declaró culpable ante un tribunal federal estadounidense de San Diego en 2021. Tras un acuerdo, admitió haber participado en la importación y distribución de toneladas de cocaína, heroína y marihuana desde México a Estados Unidos.
Vanda Felbab-Brown, miembro del Centro Strobe Talbott para la Seguridad, Estrategia y Tecnología de la Brookings Institution de Estados Unidos, dijo que la detención podría convertirse en un “gran éxito táctico” pero dudó de si puede ayudar o no a la lucha contra el narcotráfico. Al ser un líder histórico y respetado en el mundo criminal, se caracterizaba por su habilidad como negociador y su salida del cártel puede ser cubierta con alguien mucho más violento, apuntó Felbab-Brown. “La eliminación de El Mayo es especialmente problemática en mi opinión”
Ismael Zambada, en una entrevista concedida en abril de 2010 a la revista mexicana Proceso, cuando su hijo enfrentaba un juicio en Chicago, reconoció que vivía con el miedo constante de ir a la cárcel y que contemplaba el suicidio antes que ser capturado. “Tengo pánico de que me encierren”, dijo. “A mí me agarran si me estoy quieto o me descuido, como al ‘Chapo’”.
También aseguraba que aunque lo detuvieran, nada cambiaría dentro de la organización. En cuanto los capos son “encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí”.