Con una relación que raya en la hermandad, se reencuentran en el terreno para disfrutar en otros roles del deporte que le dio fama y fortuna.
Albet Pujols –siempre con un bate en la mano– y Plácido Polanco se mueven de un estadio a otro, observan las prácticas de bateo, de fildeo, hablan con novatos y veteranos, los aconsejan y charlan con ellos.
Ninguno de los dos ha podido sanarse, “sudar” la fiebre del béisbol, que al parecer no la curan ni los médicos.
Disfrutan sus nuevos roles como cuando jugaban al más alto nivel en las Grandes Ligas.
Es evidente que se sienten felices con volver a ponerse el uniforme y estar de vuelta en el terreno a pesar de un inclemente sol que le suma varios grados al sofocante calor de los entrenamientos que realizan los Leones del Escogido en la academia que tienen los Yanquis de Nueva York en este poblado.
“Esto es una fiebre que a nosotros nos gusta”, resaltó Plácido Polanco, quien ahora asiste al dirigente, amigo y compadre como coach de banca en el conjunto escarlata.
“Si no me sintiera cómodo (con el uniforme puesto) no estuviera parado aquí, dándole el todo a estos muchachos para cumplir nuestra meta que es ganar”, expresó Pujols.
A los dos les apasiona enseñar, transmitir los inagotables conocimientos que acumularon en sus largas carreras en la Gran Carpa.
“Eso es parte de la responsabilidad de cada uno de nosotros. En República Dominicana tenemos un talento increíble que nos va a representar en dos o tres años en las Grandes Ligas”, subrayó Pujols.
En 2022 puso fin con los Dodgers de Los Ángeles a su ilustre carrera de 22 años dando palos, principalmente en los primeros diez que militó con los Cardenales de San Luis, con quienes debutó en 2001.
“La Máquina” finalizó con 703 cuadrangulares y una línea ofensiva de .296/.374/.544.
Ocupa el cuarto puesto de todos los tiempos en jonrones, sólo detrás de tres que responden a los nombres de Barry Bonds (762), Hank Aaron (755) y Babe Ruth (714).
¿“Cuánta gente tiene la oportunidad de hacer lo que le gusta?”, se pregunta Polanco, quien llegó tres años antes que Pujols Grandes Ligas y a “Los Pájaros Rojos”.
En los entrenamientos de ese 2001 acogió al novato Pujols como un hermano menor, iniciando así una relación que se ha solidificado con el tiempo.
En sus 16 años de servicio en las Mayores, Polancotambién militó con los Filis de Filadelfia, Tigres de Detroit y Marlins de la Florida, equipos con los que compiló un promedio al bate de .297 y .993 en el fildeo, incluidos dos Guantes de Oro ( 2007 y 2009) como intermedista y uno como antesalista (2011).
“Nosotros teníamos el día libre el domingo y yo fui con mi familia a un restaurant a Boca Chica y de ahí vine para acá, para el play. No había nadie, pero vine a sentarme aquí nada más”, puntualiza Polanco.