Luego de dar entrenamiento gratis en el Parque Mirador Sur y cumplir un horario aunque no fuera un “alma”, este joven desarrolló una plataforma inspirado en la frase: “Si Maoma no va a la montaña, la montaña va a Maoma”. Le costó grandes sacrificios, decepciones e impotencia, pero no tiró la toalla. Los valores que aprendió de su madre lo mantuvieron firme.
Trabajar en un medio de comunicación, no importa el área, al parecer despierta ese sentido periodístico que te dice: “Ahí hay noticia”. Eso le pasó a Eridania Sánchez, quien lleva muchos años laborando en LISTÍN DIARIO, cuando supo que hay un joven que se “muda” a tu casa con su gimnasio móvil para llevarle bienestar a las personas.
Tan alejada de la Redacción está que, tuvo que presentarse cuando escribió para dar la buena nueva. “Le escribe Eridaria, yo trabajo aquí en el Listín, Jennifer me dijo que la contactara para hablarle de este tema a ver si le interesa”. Esta última también labora en este medio y ha aprendido a canalizar este tipo de inquietudes. La respuesta fue un sí y hoy se cuenta la historia de Reymond Castaing Berigüete.
Él es arquitecto de profesión, pero su pasión por los deportes lo llevó a diseñar otro plan para su vida y para quienes gusten llevar un estilo de vida saludable. “No me he despegado de esa carrera que estudié y que siempre me ha gustado. De hecho, hay herramientas, recursos que me han ayudado a complementar lo que hago. Como entreno en las casas de los clientes, trato de colocar los equipos tomando en cuenta directrices arquitectónicas que permitan que todo fluya mejor”. Lo explica con las manos para que se entienda mejor.
Prácticamente, lo dejó todo por nada, pudieran decir algunos si lo escuchan contar cómo se dedicó a dar entrenamiento gratis en el Parque Mirador Sur y dondequiera que le fuera posible. “Cuando decidí dedicarme a esto, lo único que se me ocurrió fue ayudar a la gente a que entrenara, que se pusiera en forma, no por apariencia, sino por salud. Teníamos un horario establecido. Primero iban seis, luego como 13 y fue creciendo la comunidad”. Tan en serio se lo tomó que, puntual siempre estuvo ahí, no importaba que nadie llegara a la cita. Se nota que los valores que le enseñó su madre Minerva, no están perdidos.
La disciplina es una de sus virtudes. “No me importaba que no fueran, yo siempre fui. Me quedaba y cumplía el horario establecido. No niego que no me hacía sentir bien que la gente no asistiera, pero yo cumplía sin importar la lluvia, el sol o lo que fuera, porque tenía ese compromiso y debía ser responsable”. Al decirlo sus ojos reflejan lo satisfecho que se siente del deber cumplido.
Con el tiempo y sin trabajo, el dueño de esta historia, decide cobrar una mínima suma a quienes asistían en búsqueda de entrenamiento. Todos estuvieron de acuerdo, porque ya sabían que él se dedicaba a esta práctica sin remuneración aun teniendo compromisos económicos que saldar.
La brillante idea
Un día, el ingenio asalta su mente y se le ocurre crear una plataforma que, en sentido figutado pudiera ser: “si no puedes ir al gimnasio, el gimnasio va a ti”. Junto a su esposa Rosa Carolina, preparó la propuesta con esquemas viables, con los resultados que podrían obtenerse en términos de acogida y beneficios para las personas.
“Visitamos a varias empresas y particulares, y a todos les encantaba, pero nadie mostraba interés en asociarse conmigo”. Esto aumentaba su impotencia por no tener los fondos para concretar su sueño. Sin embargo, nunca se dio por vencido. Continuaba su búsqueda de respaldo hasta que una persona que él ayuda con el enteramiento, y a la que le preguntó si conocía a alguien que le apoyara, le dijo: “Sí, yo soy ese socio, yo invertiré en él”. De eso hace algunos como seis años y hoy día ‘Yoentreno’ es un proyecto de “peso pesado”.
A estas alturas tienen cerca de 85 clientes privados, más los grupos, un colegio, y en carpeta, un banco y un club. Con tres guaguas equipadas con las máquinas necesarias, se dirigen a las locaciones escogidas por las personas y, ahí ofrecen un servicio que no busca que la gente se ponga en forma, sino a tono con una vida saludable y un bienestar que perdure en el tiempo.
“Nuestra mayor ganancia es la satisfacción de las personas”
Reymond Castaing Berigüete es el segundo de cuatro hermanos. Hace tres años perdió a uno de ellos, y desde los seis años, prácticamente, “perdió” a su papá. Un divorcio, lo alejó de él y fue su madre, quien trabajando como estilista, “se fajó a sacarnos hacia delante”. Lo que hizo doña Minerva es de lo que hoy disfrutan quienes se anotan para recibir en su casa el gimnasio de este joven: un hombre para quien el don del servicio, la honradez y el trabajo son los pilares para ganar el peso de la confianza.
Toca ese punto precisamente porque para llegar hasta donde hoy se encuentra con ‘Yoentreno’, tuvo que ponerle frente al miedo, a la critica, la decepción y la impotencia, que fueron algunas de las trabajas que se le presentaron en el camino. “La gente me decía que los entramientos eran una actividad prostituida en el país, que no me dedicara a eso, pero yo estaba seguro de lo que quería y lo que podía ofrecer gracias a los valores que me enseñó mi madre”. Hoy recoge los frutos el hombre que llegó a LISTÍN DIARIO con su ropa de ejercicios.
“Tomando en consideración los comentarios de quienes dicen que hay prostitución en esta área, nosotros ofrecemos capacitación y orientación a nuestro personal para que tengan un comportamiento a la altura de quienes nos abren las puertas de su casa para entrenar. Llevamos alrededor de seis años con este proyecto y nunca hemos tenido ningún contratiempo de esta índole”. Su esposa Rosa Carolina, quien lo acompañó a la entrevista y trabaja con él, testifica su cita.
“Tirarme al piso a jugar con mi hijo”
Sea que la persona requiera la visita dos, tres o más veces a la semana, un equipo debidamente entrenado, le visita a su casa o locación escogida para ayudarle a realizar los ejecicios que requiere cada caso. Hay sitio donde se colocan en la marquesina, otros en la terraza o donde se le indique y esté apto para ello.
“Lo bueno de todo esto es que nuestra misión, fundamentada en valores, lo que busca es que la gente tenga acceso a una rutina de ejercicios emocionantes, no sólo para bajar de peso, sino para sentirse bien”. Lo dice y a seguidas cuenta una anécdota: “En una ocasión, cuando se le preguntó a una persona en la evaluación que cuál era su objetivo con este tipo de práctica, lo que me dijo fue que lo que quería era poder tirarse al piso a jugar con su hijo”. Esto muestra que el interés del proyecto es el bienestar y la salud de las personas.
A Reymond se le hace fácil realizar este trabajo. En los deportes ha sabido jugar voleibol, fútbol, baloncesto, además de que ha practicado natación, artes marciales y todo lo que implique un compromiso con llevar una vida sana, más aún después que se convirtió en el padre de Fernanda y de Farid.
La infancia
Desde pequeño, Reymond fue un niño inquieto y feliz. A pesar de que a los seis años sus padres se divorciaron, continuaba creciendo rodeado de amor y recibiendo una buena educación en valores. “Eso sí, luego me fui dando cuenta lo duro que es crecer sin tu papá al lado. Es un vacío muy grande, y ahora que tengo a mis hijos valoro tanto la importancia de que un padre esté con su familia”. Esta parte lo puso un poco melancólico, aunque tiene una buena relación con su papá.
A los 13 años comenzó a trabajar. Lo ha hecho en colmados, en una sastrería, en bancos y otros negocios, hasta, con grandes sacrificios, lograr establecerse en una propuesta de trabajo que le está permitiendo vivir de ella a base de hacer vivir plenamente a quienes se dejan ayudar con ‘Yoentreno’.