La cantidad de tiempo y actividades puede variar dependiendo de la disciplina del jugador, pero en todos los casos, la consistencia y la dedicación son fundamentales
Aunque un partido de béisbol en Lidom por lo regular empieza alrededor de las 7:15 de la noche, el día de trabajo de un pelotero profesional comienza mucho antes, aproximadamente unas 10 horas previas antes del primer lanzamiento.
La cantidad de tiempo y actividades puede variar dependiendo de la disciplina del jugador, pero en todos los casos, la consistencia y la dedicación son fundamentales si un pelotero quiere mantener un buen desempeño en el terreno.
Listín Diario conversó con varios peloteros de la Liga Dominicana de Béisbol (LIDOM), quienes compartieron detalles sobre sus rutinas diarias y cómo se preparan para cada partido, ya sea jugando en casa o como visitantes.
Cuando juegan en casa, los peloteros suelen llegar al estadio alrededor de la 1:00 de la tarde. La mayoría comen por su cuenta antes de llegar al estadio, y otros comen en el hotel, especialmente los refuerzos.
“Obviamente uno desde que se despierta ya está pensando en el partido. En mi caso siempre hago un poco de ejercicio en la mañana para comenzar el día con el cuerpo trabajando. La mayoría comemos en la casa, y ya el resto del día nos mantenemos solo hidratándonos antes del juego, que es cuando volvemos a comer alguito más”, dijo Domingo Leyba, infielder de los Tigres del Licey.
Al llegar, muchos jugadores inician su preparación con una ducha rápida antes de empezar los entrenamientos. La primera parada es la máquina de bateo, donde afinan sus habilidades frente a lanzamientos controlados. Luego, pasan al campo de juego para practicar defensa y realizar sesiones de bateo largo.
Después de estas prácticas, los jugadores vuelven al clubhouse para recibir masajes que ayudan a preparar los músculos antes del partido, rutinas que son cruciales no solo para prevenir lesiones, sino también para optimizar el rendimiento durante el juego.
“El truco está en no perder el tiempo una vez llegamos al estadio. Mientras el otro equipo está usando el terreno practicando cuando jugamos de visitantes, nosotros vamos a las máquinas de bateo a ir calentando el swing e ir poniéndonos ready”, sostuvo Jeimer Candelario, tercera base de los Toros del Este.
Viajes al interior
Cuando los equipos juegan fuera de casa, especialmente en el interior del país, la rutina cambia drásticamente, debido al tiempo necesario para desplazarse. Si el partido es en ciudades como San Pedro de Macorís, Santiago o San Francisco de Macorís, los jugadores suelen salir de la capital entre las 11:00 de la mañana, para evitar los congestionamientos del tránsito y llegar con tiempo suficiente para las prácticas.
“Nada es diferente después que estamos en el estadio, lo único que cambia es que si es para el interior nos vamos juntos en el bus del equipo, pero después que llegamos, las rutinas son prácticamente igual como si estamos aquí en el Quisqueya”, indicó Sandber Pimentel, toletero de los Leones.
La preparación de los lanzadores
En el caso de los lanzadores, la rutina varía dependiendo de su rol. Los abridores, por ejemplo, tienen días específicos de preparación. Uno o dos días antes de su apertura, suelen realizar sesiones de bullpen, lanzando entre 30 y 40 pelotas a distancias controladas de hasta 90 pies.
El día del partido, el enfoque es mayor. Además de masajes para acondicionar el cuerpo, los lanzadores dedican tiempo a prepararse mentalmente para enfrentar a los bateadores rivales.
“Además de la preparación física, hay una que es de inteligencia, que es la de analizar al equipo en el que me tengo que enfrentar, conocer las deficiencias de cada bateador, para así saber cómo atacar a cada uno. Eso usualmente se hace por lo menos con tres días de anticipación”, dijo Radhamés Liz.
Más allá del talento, la rutina de un pelotero profesional demuestra que la disciplina es indispensable para mantenerse en el nivel más alto del béisbol. Cada detalle, desde la alimentación hasta los entrenamientos y el descanso, es fundamental para enfrentar los retos de la temporada y mantener un rendimiento constante frente a la exigencia de los fanáticos y el equipo.