Alberto Zayas: “El arte me ayudó a vencer la tartamudez”

Testimonio. No poder hablar de forma fluida, en ocasiones lo convirtió en el ‘hazme reír’ de sus compañeros de escuela. A esas burlas les hacía frente siendo parte del ballet folclórico del centro educativo. Bailaba mangulina, carabiné y otros ritmos. También actuaba, y todo eso colaboró para que superara tal dificultad.

No hay duda de que Alberto Zayas es un hombre de la ‘A hasta a la Z’. Detrás de los escenarios, de los reflectores y de los éxitos que iluminan su vida, hay un ser humano sensible al que la formación de hogar no le ha permitido abandonar su humildad.

Sonriente, con su ‘flow’ de artista y su cabello riso bien arreglado, llegó a la Redacción de LISTÍN DIARIO, listo para contar su historia. Su esposa Ángela lo acompañó. Mientras ella saludaba a sus amigos del periódico, el productor y director de espectáculos, se adelantó a dar la entrevista.

Aunque es de poco hablar, desde que se sentó fluyó la conversación. ¿Dónde naciste? Fue la primera pregunta que se le hizo para ir explorando sus raíces. “En Santo Domingo Este, en la clínica La Altagracia, que era donde trabajaba mi papá”. Respondió, no sin resaltar que, para entonces no se llama así el lugar. Tiene razón. Era Zona Oriental y no la habían convertido en municipio.

La mayor parte de su bonita infancia la pasó entre San Pedro de Macorís y La Vega. “Aunque realmente, yo iba más a San Pedro, de donde es mi papá, pues me quedaba cerca de mi casa, que estaba en el Ensanche Ozama”. Estas constantes visitas a ese pueblo que tanto ama, es lo que explica su inclinación por el deporte y la cultura. Guarda fotos de él pequeñito con un uniforme de pelotero y con un disfraz de Guloya.

Claro, en La Vega, ciudad de la cultura, también ha coleccionado motivos para rendir tributo al patriotismo que lo mueve a realizar proyectos para poner en alto el nombre de República Dominicana.

Sufrió ‘bullying’, pero no se dejó vencer

Hay quienes lo juzgan de odioso, “seco” o callado. Pocos saben que, cuando era niño tenía tartamudez y esta limitante lo hacía ser introvertido. Eso sí, pese a que se burlaban de él, le hacían ‘bullying’ que es la versión moderna del acoso, no se fue como Quico a contárselo a Doña Florinda. ¡Ay no! Trataba de ignorar esas cosas y, en cambio hacía actividades artísticas. “De hecho, era integrante del ballet folclórico, bailaba mangulina, el carabiné; actuaba, y hacía todo lo que tenía que ver con arte”. Es así como, de ser tal vez, el “hazme reír” de algunos, pasa a ser el líder del colegio.

Lo curioso de todo esto es que siendo adulto es que Zayas se da cuenta de que en realidad, muchas de sus limitaciones para ser una persona conversadora y dar la cara en lo que hace, vienen de esos tiempos. “El arte me ha ayudado bastante, gracias a él pude vencer la tartamudez”. Lo dice con satisfacción el hombre que tiene como misión, dejar una historia en cada trabajo.

¿Su pasión? Sin duda, los eventos deportivos

Para el dueño de este relato el haber obtenido dos récords Guinness no ha sido motivo para engrandecerse. Desde que piensa en un proyecto, primero pone a su patria como protagonista. “Veo de qué manera puede ser útil lo que quiero hacer o cómo puedo aportar a mi país. Precisamente, por eso es que siempre digo ‘sí’ cuando se me busca para participar en una actividad que haga feliz a la gente”. La cultura y el deporte son su pasión.

Al escucharlo hablar con tanta emoción sobre los eventos deportivos, sin dudarlo se le preguntó que, si ahora que en el país se habla tanto de realizar grandes proyectos en el deporte, si estaría dispuesto a sumarse a estas producciones. No lo pensó dos veces. “Claro, me encantaría aportar, trabajar en ello, porque este tipo de actividades es una combinación de tantas cosas: está el deporte en sí, el arte de un buen espectáculo deportivo y la cultura de nuestros pueblos”. Sus ademanes dejaron más que claro que “jugar” en este tipo de montajes para él es un deleite.

“Cuando se me han presentado obstáculos en el camino, los salto o les doy la vuelta”

A pesar de que Alberto Zayas tiene tantos motivos para reír, hay un recuerdo que invitó a la nostalgia a participar de la entrevista: nombrar a su abuela Irene, quien ya no está. “Ella me quería mucho, conversábamos bastante, y en realidad ese gran amor por el arte y la cultura lo heredé de ella. Le encantaba todo eso, pues en San Pedro desde hace tiempo, se cultivan bien esas áreas”. Tal vez por esa conexión que había entre ellos, es que al protagonista de esta historia le causa pesar el que ella no esté para ver todo lo que ha logrado ese muchachito que dejó de 13 años.

Claro, ha tenido que hacer grandes esfuerzos y sacrificios para lograr metas propuestas. Desde el Bachillerato fue definiendo sus gustos en lo que a profesión se refiere. Aprovechaba cada oportunidad para aprender lo que le gustaba. Siempre se enfoca en obtener lo que se propone, tal vez por eso es que los obstáculos que se le han presentado en la vida “los salto o les doy la vuelta”. Tiempo después es que se da cuenta de que la barrera que esquivó era para que se “estrellera”.

Entre los años 1990/1991 Zayas entró al Instituto Técnico de Radiotelevisión Dominicana. Ahí puso en práctica la frase: “La persona nunca es más inteligente que cuando se hace pasar por tonta”. No perdía el tiempo y se dedicaba a observar todo lo que hacían los técnicos en el canal 4, y se iba preparando para cuando llegara la oportunidad. “Cuando teníamos un receso, los otros salían, pero yo me quedaba y le pedía a los camarógrafos que me dejaran punchar la cámara y así cada día aprendía un chin más”. Poco tiempo después, su curiosidad lo llevó a dar el salto de pasante a empleado fijo. Jorge Bueno dio las referencias.

La experiencia adquirida, no sólo era en el área de producción. Aprendió a crear necesidades para lograr oportunidades. “Eso sí, con disciplina y preparación, porque creo que los sueños se cumplen, pero hay que estar despierto para trabajar por ellos”. El país se ha dado cuenta que “duerme poco”, pues ha logrado el éxito en cada proyecto en el que participa

Aspiraciones futuras

‘Un récord pal’ merengue’ y ‘Un récord pa’ la bachata’, así como la producción y dirección de TV de los más recientes Premios Soberano, que ha sido el de mayor rating en su historia,son parte de sus obras maestras. Sin embargo, da gusto ver su alegría al contar sobre su primera producción. Fue en los primeros años de 2000 que le tocó producir el Premio Nacional de la Juventud. “Llegar a un escenario de tanto respeto como el Teatro Nacional, era algo increíble. Ya yo había trabajado en otra edición de esa actividad, pero no solo como en esta ocasión”. No oculta que ese fue una especie de punto de partida para entrar por la puerta grande a producciones e alto calibre.

Ha logrado mucho, pero no se detiene. Su misión es tener la oportunidad de elevar su trabajo de la A hasta la Z, participando en grandes eventos nacionales e internacionales, sobre todo en el área deportiva. “Te cuento que, como ya te he dicho, los deportes me fascinan y me he preparado para eso, conozco sus protocolos, sus requisitos y todo lo necesario para hacer montajes espectaculares. Bueno, me he ido a varios países a ver el desenvolvimiento y hasta he tenido participación y reconocimientos en ellos”. El tema lo emociona. Está dispuesto siempre a retarse y a superarse a sí mismo.

SEPA MÁS

¿Qué te conmueve?

Esta fue una pregunta que no tardó en responder. Aunque lo veas rodeado de equipos para montar sus eventos, lo que más disfruta es rodearse de la gente. “Siempre miro a mi alrededor, a ver si alguien necesita ayuda y cómo puedo ayudar. De verdad, me conmueve la desigualdad, la falta de empatía, no entiendo cómo viviendo en un mismo mundo, puede existir tanta diferencia”. Sus ojos llorosos fueron testigos de sus sentimientos.

Dato curioso

“Yo morí, me ahogué en un río de Costa Rica, vi el famoso túnel del que tanto hablan. Gracias a Dios, me revivieron y aquí estoy”. Cuando eso le sucedió ya era padre de su primer hijo.

Tips para ser un productor ‘De la A a la Z’

Soñar: si te abres al mundo, el mundo se abre a ti

Planificar y organizar: esto garantiza que todo se lleve a cabo de manera eficiente, desde la preproducción hasta la postproducción

Haz que emocione y que impacte: toda historia contada debe tener un sentido y un propósito

Que perdure en el tiempo: recordar que, realizar producciones que lleguen a los sentimientos, conecten y transformen es lo que crea eventos memorables

Nada se logra solo: el productor debe destilar en el equipo inspiración, confianza y seguridad

Responsabilidad y preparación: hay que actualizarse, educarse, informarse, disponerse a la vanguardia de los tiempos y por supuesto, las nuevas tecnologías

Amar lo que haces y no saltarse los procesos: esto es lo primordial, para que prevalezca el buen trabajo

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *